Esta historia comenzó en el mes de octubre, por entonces yo aun era estudiante, y era así que vivía en la casa familiar con mis 3 hermanos. A finales del mes me crucé en el portal con cuatro chicas que se trasladaban a mi edificio. Por el aspecto que tenían debían de ser estudiantes, cuatro niñas monas y bastante pijas. No supe de ellas hasta semanas después cuando por equivocación una de sus amigas de facultad llamo a mi puerta. Era una chica un poco mayor que sus compañeras, toda una veterana pensé, el asunto es que se había quedado a dormir en casa de sus amigas y no tenia llaves para salir del edificio, (se necesita llave para entrar y salir del portal).
Me explicó la situación y yo muy amablemente me ofrecí a abrirle la puerta. En el ascensor hicimos un par de comentarios de lo más anodinos y se despidió muy agradecida. Hasta aquí todo normal, así que fue una sorpresa cuando el viernes siguiente al abrir la puerta me encontré con la misma chica, Susana, que venia a invitarme a la fiesta de inauguración del piso que daban sus amigas y primas. En un primer momento dudé, pero al ver como iba vestida, con una blusita blanca bastante ajustada que marcaba sus firmes pechos y una minifalda que parecía mas un cinturón que otra cosa, me deje llevar por mis instintos y le dije que de muy buena gana aceptaría la oferta.
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Esos días estaba solo en casa, mis padres y hermanos se habían ido a pasar unos días a casa de mi abuela, así que la invité a pasar mientras yo me cambiaba para la ocasión. Susana me siguió hasta mi habitación mientras me contaba como sería la fiesta, invitados, bebidas, alguna que otra sustancia ilegal y demás… Al llegar a mi habitación, con una familiaridad inusual, como si no se diese cuenta, entro conmigo mientras seguía hablando sin parar, bastante maja la chica, un poco cotorra para mi gusto, pero de muy buen ver. Yo tenia que ponerme unos pantalones pues estaba en chándal, y como Susana no parecía importarle decidí vencer mi timidez natural y comencé a cambiarme delante de ella dándole la espalda. Es justo en estos momentos, probablemente por el nerviosismo, cuando uno se vuelve mas torpe que nunca, y con las prisas y la vergüenza no atiné en la pernera del vaquero y caí sobre la cama. Ella sonrió y se acercó para ayudarme, y noté que miraba descaradamente mi entrepierna mientras me preguntaba:
-¿Te has hecho daño?
-No, que va. No ha sido nada.
Comenzó a reírse abiertamente, sin ningún pudor, mientras seguía mirando mi entre pierna…
-¿Qué pasa, por que te ríes?- le pregunté.
-Nada, que se te ha salido…
-¿Se me salido el que?
Se agachó sobre la cama, tocó mi pene con su mano derecha y dijo:
-Esto de aquí- sin soltarla
Me ruboricé como un tomate, pero ella seguía con mi pene sobre su mano y no dejaba de sonreír. Rápidamente me incorpore como pude y subí el pantalón apresuradamente.
-No seas tan tímido, ni que fuera la primera polla que veo-
Sin saber como responder, casi balbuceando:
-No estoy acostumbrado a estas cosas, me da mucha vergüenza
-No seas tonto, estas tan rico que no me extrañaría nada que después de la fiesta acabemos follando.
Yo no sabía que hacer, me estaba empezando a excitar, y ella no paraba de darme señales de lo más lascivas.
-Quizás te apetezca que pasemos un ratito solos antes de la fiesta- me espetó descaradamente.
Y es aquí cuando, aún no se como me atreví, le dije
-Lo estoy deseando, eres muy guapa y tienes un cuerpo muy bonito.
-Mira que eres cursi, pero que bueno estas cabrón
Acto seguido se acercó hasta mi lado, me besó metiendo su lengua en todos los rincones de mi boca, se arrodilló, y puso sus manos sobre mi polla y mis huevos. Yo estaba completamente sorprendido, nunca me había pasado nada igual… Me desabrochó el pantalón lentamente, bajó la cremallera mientras con la otra mano acariciaba mis testículos, suavemente se llevo mi polla a su cálida boca, dura como nunca lo había estado antes, se la tragó hasta que no pudo mas, una breve arcada interrumpió sus movimientos, me miró sonriente y se la comió de nuevo. Mientras veía desaparecer y aparecer mi polla una y otra vez, noté que con su mano izquierda comenzó acariciarme el culo, lentamente pero con firmeza. Separaba mis nalgas y sus dedos resbalan sobre mi ano, era algo extraño y placentero, de pronto al intentar introducir un dedo en mi ano, con un rápido movimiento me salí de su boca y sus dedos.
-Pero que haces, grite muy alterado
-Estoy buscando el punto “G”, no seas tonto, déjame hacer, ya verás como te gusta
-De eso nada, estas loca, que te parecería si te hiciera lo mismo eh
-Pues no se, nunca he probado pero creo que me gustaría…- Mi sorpresa era cada vez mayor… ¿Que quería esta tía que no conocía y porque lo quería conmigo? Debe ser mas puta que las gallinas pensé por un instante
Me miro con esa sonrisa que empezaba a conocer. Acto seguido se puso en pie y comenzó a desnudarse lentamente, me mostró sus enormes y firmes pechos, mientras se metía un par de dedos en la boca y los ensalivaba se giro dándome la espalda, se reclino sobre la cama, apoyo su cara en la colcha al igual que sus rodillas… Tenia frente a mi unas hermosas nalgas bronceadas, redondas y suaves como dos melocotones, y su oscuro ano que comenzaba a hacer movimientos espasmódicos, como queriendo abrirse a su nuevo invitado. Entre sus piernas abiertas aparecieron los dos dedos que pasó por su ano repetidamente, de vez en cuando introducía uno de ellos en el culo, para sacarlo inmediatamente y llevárselo a la boca en busca de mas saliva.
-¿No quieres probarlo?- Ayúdame un poquito.
Me acerqué a la cama, no podía dejar de mirar su ano, no su culo, sino ese agujerito negro que me tenia hipnotizado; me arrodille y comencé a lamer sus nalgas, con obsesión como si de un tesoro largamente añorado se tratara. Ella se abría un poco mas de piernas para hacerme mas accesible su coño y su ano, con la mano izquierda comencé a masturbarle el clítoris mientras que con mi lengua explore su vagina y mi nariz se hundía cada vez mas en su ano. Parecía gustarle mi trabajo pues comenzó a gemir y dar pequeños grititos de placer, lentamente metí mi dedo índice en su culo, entró fácilmente, y comencé a hacer un movimiento circular como queriendo ensanchar su esfínter. Efectivamente, su ano se iba dilatando paulatinamente, y yo, acorde a sus peticiones introducía otro dedo, así hasta tres, entre gemidos y alaridos de placer hasta que al cabo de unos minutos note como se contraía su ano, yo seguía con mis tres dedos dentro de su culo y mi polla a punto de reventar, no creí aguantar mas sin metérsela, cesó su balanceo sobre mi mano y dijo:
-¿Por qué no traes un poco de crema? Ahora quiero que me encules con tu nabo, que me des por el culo.
Salí disparado de la habitación al baño, encontré un tarro de crema de manos, lo lleve a la habitación y al verlo, ella tomó el tarro y mi pene.
-Lo voy a lubricar un poquito- me dijo, y comenzó a mamármela. Al cabo de unos minutos de comerme la polla no pude aguantar y me corrí en su boca. Un espeso y blanquecino fluido desbordaba sus comisuras, saboreaba mi semen y relamía sus labios.
-No has podido aguantar, mi niño… ¿Y que hacemos ahora? Anda cómeme un poco el culo hasta que vuelva a ponerse dura tu cosita-
Comencé a comerle el coño e introducir dedos en su ano, cuando ella tuvo el segundo orgasmo y yo ya estaba empalmado de nuevo. Me la lubricó con su boca, se untó la mano con un montoncito de crema y la esparció por mi polla, delicadamente, con un vaivén rítmico que endurecía más mi miembro. Después tomó otro poco y dijo:
-Esta es para mi culito, para que no se irrite- Y se la puso en el ano introduciéndose un dedo. -Bueno. Creo que ya esta, ¿y tú? ¿estás listo?
Agarré mi polla y la puse sobre su ano.
-Empuja con cuidado, que es la primera vez- Me dijo.
Poco a poco le metí casi todo el capullo, le dolió un poquito pero tenia buen aguante y pidió mas, así que la metí hasta el fondo. Ella dio un solo grito y luego se mordió el labio inferior para aguantar, yo estaba a punto de explotar, pero seguí bobeando sin compasión hasta el fondo una y otra vez mientras ella se masajeaba su coño, y mis huevos golpeaban su coño.
-Esto es buenísimo, que placer!-
No dejaba de excitarme, se notaba que el dolor había desaparecido y era todo placer, me corrí dentro y la saque, pero ella pedía mas así que seguí bombeando con mi mano, comencé con tres dedos pero había mas sitio en su dilatado culo, así que me aventuré a los cuatro dedos y su ano aceptó sin rechistar, entre gemido y gemido pedía mas… Yo no sabia que podía hacer así que saque mi mano y la coloque en posición, uniendo todas la yemas de mis dedos, y comencé a presionar. Al principio entró sin dificultad, pero hacia la mitad de mis dedos ya no cabía mas así que volví a sacar mi mano, la embadurne bien de crema y comencé la tarea de nuevo, llegue a la posición anterior con suma facilidad, y esta vez no grito cuando seguí empujando, hasta que tuve toda mi mano dentro de su culo, hasta la muñeca, entonces aparte mi dedos y comencé a moverlos como pude, ella se deshacía en gemidos, casi lloraba de placer, note la contracción de su ano cuando tubo un orgasmo e inmediatamente comenzó a notar dolor por lo que tuve que sacarla, ante mi un gran panorama, su esfínter estaba completamente dilatado, trate de meter mi polla otra vez, apenas había rozamiento, era increíble lo grande que tenia ahora el agujero, la agarre por las caderas para poder observar como se iba contrayendo su culo, trato de girarse pero yo era mas fuerte y se lo impedí, cuando considere que se había cerrado lo suficiente su culo, le metí mi polla de un solo empujón, comenzó a gemir de dolor, pero no me detuve, la folle el culo bestialmente, con saña, hasta que noté que me corría, entonces la saqué de su dilatado ano y la puse sobre su boca. Ella la engulló de una vez y bombeó hasta que ya no salía mas leche de mi polla, la disfrutó hasta la ultima gota, y yo aquel día conocí lo que seria una gran aventura con mis vecinas y sus amigas.